Presentamos en la redaccion uno de esos trabajos que esperas con expectación, el segundo álbum de los toledanos Penumbra, grupo al que ya conocíamos de su anterior trabajo y que nos dejo con excelente sabor de boca.
En este trabajo podemos sacar en conclusión varias cosas; una que los músicos de este país tienen un gran talento, cosa que ya vimos en el anterior trabajo. Otra que Penumbra destila en este trabajo un metal oscuro, casi gótico en ocasiones, muy atmosférico y lleno de detalles y buen gusto que enriquece un trabajo sombrío particular, mimado en las composiciones y en los detalles, no solo armónicos; ya en la portada tenemos un continuo de su trabajo anterior, dando una linea identitaria propia y que esta muy lograda, netamente oscura y levemente onírica. Te invito a entrar en el «Silencio»
Tenemos en el «Prologo» uno de sus mejores detalles de como es el grupo, una pequeña joya, un bombón que juega con las armonías, con unos arreglos que manifiestan un gran grado de implicación compositiva, y que nos abre la entrada a «Edén (Parte I)», un corte que tiene un gran desarrollo entre la fuerza de la parte rítmica al que la cadencia de las guitarras le da un aura densa y llena de fuerza, empalizando el gran trabajo lírico del vocalista. Mucha atmósfera en este tema, donde puedes percibir el frio, la escarcha y la niebla que imbuye el tema.
Guardando un sello común nos adentramos en el siguiente corte. Me encanta un corte como «Insania», netamente brutal, de nuevo lleno de detalles compositivos, guiños melódicos que generan un tema adictivo como pocos. Las guitarras presentan un alto grado de complejidad, pero sin obviar los estribillos, y el juego de guturales y lineas armonices limpias le dotan de un perfil poliedrico, musical de prisma alambicado.
Es necesario reconocer cómo el grupo sabe importar las atmósferas, como es capaz de transportar al oyente a su mundo, y en «Polaris» el grupo vuelve a conseguir un sello común al carácter del grupo incidiendo en un elegante, oscuro y bello corte, gracias a unas líricas prácticamente recitadas, a la inclusión de un teclado fantástico en segundo plano y de nuevo, marcando la oscuridad del corte, las guitarras, unas guitarras épicas y oscuras.
De nuevo la sensibilidad rota, el aura heladora y un punto botica la encontramos en «Cenizas (Parte II)» un corte de filo, de fuerza y en ocasiones de tempo lanzado pero inherentemente bello,
«Inercia», el siguiente corte, coge el timón de un corte duro y algo mas alejado de las pautas góticas que engalanan el sonido del grupo, pero sin obviar esa sensibilidad que afluye en los compases del corte. Un corte algo atípico, pero que da un perfecto soplo de aire al trabajo.
Así con esas tenemos su vez otro corte denso y oscuro, brutal como es «Discordia«, en el que de nuevo la alternancia de la linea armónica mas oscura se alterna con compases melódicos muy bien estudiados, siempre con el pilar, el timón, la personalidad de las partes líricas que dan el grado salvaje y fiero que necesita un tema para ser carismático como este.
Con un titulo como «Caos», no puedes esperar nada mas que un tema aún mas duro dentro del disco, lleno de cambios en el tempo, y un juego lírico profundo e intenso al cual le dani un carácter muy particular, siendo las protagonistas absolutas del corte, lleno a un crescendo que culmina con el climax final.
En «Silencio (Parte III)» teneos un baladón de alto copete, lleno de sensibilidad y fuerza, grandilocuente gracias al buen maridaje del piano y la linea de guitarra, coronando de nuevo el pilar fundamental de las líricas. Precioso.
No acabamos aún in conocer la fuerza de «Reino Del Miedo», donde de nuevo la parte ritmica da una fuerza extraordinaria a la armonía del tema, virando la parte melódica de la voz a terrenos mas duros, sustentados por unos coros catedralicios (y un trabajo constante en segundo plano de los teclados) que le dan al corte un aire épico.
En «Némesis», el penúltimo corte tenemos un corte que vuelve a enfatizar la parte armónica, el fino olfato compositivo y sensible del grupo con un apunte de guturales que embellece aún mas el tema y le dota de un punto salvaje que no le queda nada mal al corte. Por cierto, me encanta el detalle, los arreglos en segundo plano, orquestales, muy logrados.
Terminamos con «Creador (Parte IV)» se inicia con unas guitarras acústicas y el sonido de la tormenta en segundo plano, el disco se cierra de forma solemne con otro tema de amplio espectro oscuro, helador particular, gótico y enorme, lleno de cambios en la estructura.
Un trabajo enorme, un paso adelante de un grupo que solo puede pedir el sonar fuera de nuestras fronteras para reivindicarse como el gran grupo que es.
Josean Zombie.
