En ocasiones te plantan un disco que sinceramente, no sabes muy bien como enfrentarlo, como cogerlo, no tan siquiera si es una marcianada, (bueno, esto a buen seguro es un SI rotundo), o si es un trabajo que deba a parecer en tu linea editorial. También asusta un poco el que un músico de este calibre te haga llegar su trabajo para alguien como yo lo analice, pero vamos al lio.
Ed Wynnes es un músico de amplio espectro que después de más de tres décadas como líder del grupo musical de rock psicodélico, Shric «Ozric Tentacles», lanza su primer álbum en solitario, «Shimmer Into Nature» del cual voy a intentar, tan siquiera, acercarme a describir en estos 5 temas que lo articulan.
Antes de entrar a intentar describir el disco vale la pena leer su propia transcripción, que da una idea de por donde se mueve este músico multi instrumentista y deudor del legado de George Harrison; «En un mundo donde la conformidad es la norma, Ed Wynne es uno de los últimos verdaderos fanáticos de la música, un músico con un talento increíble para crear tapices magistrales de sonido, durante una carrera que abarca casi 40 años, vendiendo más de un millón de discos en todo el mundo. El guitarrista visionario / teclista / multi-instrumentista ha creado un espacio único para él mismo en el panorama de la música: uno que se encuentra fuera de las preocupaciones principales, donde el rock, la electrónica, la música del mundo y muchas otras formas musicales coexisten en el mismo físico y espacio psíquico».
Es por eso que este «Shimmer Into Nature» son cinco temas instrumentales donde el concepto de rock psicodélico se queda muy corto para definir cada tema. Totalmente orgánico, densamente progresivo y lleno de guiños que te pueden recordar a los grupos psicodélicos de los 70, y coetáneos de grupos mas vigentes del día de hoy del estilo de gente como Sithu Aye, cada tema muestra un elenco pasmoso de teclados, guitarras, pasajes, armonías infinitas al mejor estilo Jean Michel Jarre, y consigue desde el primer minuto transportar al oyente a mundos en lo que lo empírico deja de tener sentido. Para realizar este trabajo es necesario entender que fue grabado e inspirado por los diferentes lugares a los que Ed Wynne viajó durante un período de tres años, pero, sobre todo, a la experiencia que le lleva de su época viviendo en las Montañas de Colorado.
«Estábamos a 8000 pies de altura en las Montañas Rocosas, un lugar absolutamente hermoso», dice. «En invierno, te nevarían durante tres o cuatro días a la vez con solo osos y lobos y leones de montaña como compañía. No puedes evitar ser influenciado por eso «; a las costas de Cornwall y South Devon, antes de ser completado en la costa este de Escocia por él en Firth of Forth«. Es por ello que las composiciones son netamente bellísimas, gracias a unas guitarras enormes, llenas de sentido melódico, pero sobre todo nos encontramos con autenticas «marcianadas» «psicotropicas» cuando al músico le da por mezclar teclados infinitos (en ocasiones hasta parece que te hablan) y oníricos, paisajes con pájaros, bajos y rítmicas con muchísimos detalles que hablan de rock, si, pero también de Jazz, de Bossa Nova, de música caribeña, Reggae, y todo sin decir ni una sola palabra, solo con la fuerza que la música es capaz de plasmar.
Este álbum es muy complejo, como dice el artista «íntimo y expansivo», a lo que añadiría que es perfecto para oír con los ojos cerrados y dejando que la mente fluya y se deje imbuir por la música, entrando a la mente de su creador, y de paso recorriendo tus propias emociones y dejando que tus pensamientos naveguen por si solos. No es un trabajo sencillo, y en ocasiones debes entender que la música realmente no es etiquetarle, por lo que no debes dejarte llevar por prejuicios al abordar el trabajo, sino simplemente dejarte llevar.
Los cinco temas tienen todos, salvo uno, una media de ocho minutos de duración, por lo que son densos y particulares, todos instrumentales donde destacaría por su forma de rock progresivo, onírico y espacial la bellísima ‘Glass Staircase’ mi favorita, por su guitarreo y su base rítmica brutal. Lugo tenemos otros cortes mas introspectivos y espaciales, muy progresivos como es ‘Travel Dust’ un tema que bien puede ser plasmado dentro del estilo de los nuevos grupos de progresivo como Plini, Sithu Aye o Alcion y que tiene detalles bellísimos de melodías de bajo, guitarra de nuevo, e incluso pájaros, letanías orientales y un millón de sensaciones en cada escucha, todas psicodélicas. En esa linea también tenemos un corte como «Oddplonk» menos escorado hacia el rock, (aunque también tiene su dosis de rock guitarrero) pero de nuevo intensamente bello, gracias a la cascada de melodías de teclado que el músico derrama sobre la canción de forma fluida e indescriptible, y espacial. Cerramos el trabajo con ‘Wherble’, diez minutos de éxtasis expansivo del músico donde cabe absolutamente todo aquello que al músico le inspire para plasmar su música espacial y donde la psicodelia esta muy presente en la guitarra y el trabajo imponderable en los teclados del músico.
Toda la música fue escrita, programada, mezclada e interpretada por Ed, con la masterización de Adam Goodlet en los estudios «Re: Creation» y las obras de arte han sido diseñadas por el prolífico ilustrador psicodélico inglés John Hurford.
Estamos delante de un trabajo para melómanos, no para mentes sencillas y conformistas, indescriptible e insondable, pero intensamente bello y magnificente.
9/10
Josean Zombie.