En todas la crónicas que vayas a leer, y no quiero tirarme el «pisto» probablemente vayas a leer, en las más de las ocasiones veras a un fotógrafo, con visión fotográfica, captar el detalle de la jornada. Yo soy un narrador, de sensibilidad contrastada, al que mas que una crónoca lo que os va a hablar es de mi experiencia vital, de mi experiencia vital, en este caso sobre el concierto de Endernity en la sala Cero de Madrid en el palacio de la prensa.
Emociones, ese concepto tan humano como abstracto… ¿sienten los animales, sienten las plantas?
Yo os aseguro que tengo un coctel de emociones encontradas en mi organismo totalmente incisas. Hace un año, el mundo dijo «para» y todos nos paramos, y lo recuerdo hoy como si fuese ayer. Esa sensación de deja vu, doloroso, presente y no superado me invade al ver al gente circular por la gran vía de madrid, una gran vía de madrid que el año pasado a estas alturas se mostraba inerme e inerte, en toda su extension, en toda su dimensión.
Pero hoy la vida, timididamente, nos da un pequeño resquicio de luz, y volvemos, volvemos titubeantes, con miedo, espesos por la aletargada actividad del año, por esa puñetera pandemia que nos a corregido y educado, para peor… mostrando hasta que punto gozábamos de felicidad sin saberlo, y de no poca arrogancia al sabernos intocables… pobres humanos.
Pero insisto en la vision de esperanza, de cariño… ver a gente a la que aprecias en la entrada de la velada, regocijarte solo de saber que siguen ahí, que a pesar de todo lo pasado, de todo lo sufrido siguen inánimes al desanimo, siguen con ánimo, fuerza y sonrisas, esas cosas que hacen que te sientas mucho mejor… ver como algo que llevas tan dentro, como es la música en vivo no se ha desvanecido, eso es el súmmum, la excelencia de que a pesar de todo, no todo esta perdido, y eso viene de la mano de un grupo como Endernity un grupo valiente que nos agrupa en medio de nuestro centro vital, la plaza del callao en Madrid, de nuevo, al margen de sus incongruentes moradores, y moderadores políticos de pandereta y sesión televisiva en Telecinco.
No puedo dejar de sentir el escalofrío pensando que no hace tanto estábamos muy cerca, viviendo un sueño, en la primera We Rock, no ajenos a saber que esto la habría pulverizado. Pero hoy estamos en el palacio de la prensa, un lugar de culto, que nunca imaginé que pudiera albergar un concierto de metal, como el de hoy. NO puedo evitar un enorme escalofrío al saberme cerca, o saberme dentro del aura que transitó ciertas figuras míticas como Hemingway que pulularon cerca de aquí, o incluso por aquí, en la guerra civil, defendiendo una libertad que a día de hoy nos quieren arrebatar de forma sibilina, otro tiempo, misma esencia, mismo lugar.
Es curioso que hoy, y dadas las medidas de seguridad, veamos un evento de este tipo en una sala, una sala que a buen seguro no esta pensada para esto… pero ver un concierto de un grupo como Endernity sentado, tiene su aquel. Miro hacia atrás y veo toda la sala preparada por asientos, asientos separados, pero complementando el total de la sala. Me pregunto si en una situación normal esa misma entrada habría sido igual, pero sin asientos. Pero lo importante es que estábamos, testigos de la presentación en vivo de un evento de metal, coordinado por la gente de On Fire, para que veamos como las gasta este grupo de Madrid en su debut, a pesar de todo, valiente y con el estigma del metal, pero decidido a ser uno con su pasión, la música, la música anti comercial, en definitiva, el metal.
El disco a defender es «Disrupted Innocence», sí, trabajo debut, sí, pero de mús¡cos que guardan tablas, que se les ve en el escenario, que saben hacer lo que deben hacer, epatar, concienciar, enganchar, y sobre todo, demostrar la conexión con su música, con su criatura, y ya os adelante que así fue. Tuvieron gazapos, ¡vive dios! que dirían los tercios de Flandes, ¿y que? eso pasa cuando te subes a un escenario y lo das, todo, lo das en cuerpo y alma, de so se trata el metal, ese estilo que no tiene el nombre del flamenco, internacionalmente, pero guarda el mismo duende y la misma pasión.
Por eso estuve muy a gusto. El disco es un trabajo que en ocasiones me sabe como si el mismísimo Bruce Bruce Dickinson hubiera seguido su derrotero en solitario y le hubiese dado por subir un punto su mensaje musical dando caña a su propuesta dando un mix entre melodías, heavy metal, más caña, y una visión del metal contemporáneo y fresca, algo que os animo a degustar en el trabajo del grupo, muy apreciable en un corte como es «Genocide» o en menor medida por la caña que guarda en otro corte como es«Stranger»y que nos regalarán al respetable: de facto me gustaron mucho más en vivo que en la copia (MP3) que tengo de su trabajo, saturada en el sonido en exceso en la producción y masterización, un desacierto que me sorprende viniendo de quien viene firmado. Sobre el directo, sin ser puntilloso, no puedo decir mucho negativo la respecto: la sala suena, se nota que hay mano y experiencia detrás de las bambalinas. A el grupo le note entre nervioso, extasiado, y completamente metido en su papel, mostrando que lo que suena en el compacto, más que en el mp3, es netamente real, técnica, pasión, y un sinfín de guiños de un artífice muy importante; no puede haber en el metal un grupos sin un «frontmant». Un timón en la galerna que incida en el camino a recorrer, que hable al publico, no con palabras, con presencia, con carisma y ese fue Manu, su cantante. Con una voz terrosa, con un escorado guiño a la voz de Dickinson, sin llegar a las octavas de este último, pero sin necesitarlo realmente, el trabajo de Manu fue realmente meritorio, al igual que el desempeño del grupo, en un éxtasis total al estar en donde se ha de estar, en un escenario. No fueron pocos los detalles donde se ve la pasión, y las ganas del grupo al desarrollar su música.
Hubo, dentro de lo corto del espectáculo, de detalles muy reseñables: la colaboración del artista, actor y amigo del grupo, Sam Gonzalez (Samuel Gómez Martinez)en el tema benéfico que puedes descargar an Amazon, dedicado a las víctimas del parkinson «I Dream That I Can Fly», tocado de forma semi acústica con una Ovation flotante para el combo, y mostrando la buena linea lírica del artista Sam Gomez que me sorprendió gratamente.
Tambien contaría con la versión Maiden del Evil That Men Do con dos los artistas mas inquietos de nuestra escena y nunca suficientemente reconocidos como es Edu Brenes como el propio grupo incide «El Quinto Endernity» en la batería y músico de Skunk DF y Jorge Salan ademas de su compañero Deiviz Rams , guitarrista de grupos como Skunk D.F. Vita Imana o 13 monos, entre otros, y que dieron un prisma especial a la noche Endernity.
LO principal… ¿es seguro el metal? !SI! Hay que seguir apoyando la música en directo, y en general… ¡SI!
Y quiero destacar al cerrar esta crónica que no fue el único evento del fin de semana, por lo que la música sigue viva, y ahora más que nunca es necesaria y vigente… no dejes que muera.
Listado de temas: Ashes And Dust, You Won’t Bring Me Down, Infinite Hell, Genocide, Victim Of Society, I Dream That I Can Fly, Stranger, It’s Raining Again, The Evil That Men Do, The Dream Is Over, Endernity.
Josean Zombie.