Hacia tiempo, o quizás no tanto, en el que las musas me decían «hazlo» «escribe» «monta el pollo»… si es que los literatos venidos a menos nos venimos arriba con las polémicas las estériles de las redes, pero creo que este tema merece una reflexión, estudio… ¡ejem! ¡algo coño!
Recordemos: este medio nació al albur de muchos conciertos que se celebraban en la extinta sala Excalibur en las que no iba ni el tato. Y menos aún los «grandes medios» llámese Mariskal, Basa, Metal Hammer por nombrar algunos . Algunas cosas apenas han cambiado, otras, nada, pero si me gustaría hacer un punto y aparte ahora que soy padre, padre de un medio, llamémoslo así.
Pongamonos en situación, medio sube noticias de grupo, promotor, festival o sello musical, y recibe por parte del sello, o del propio grupo, el disco para promocionar, con la obligación de hacer crítica y entrevista, y este medio en cuestión, tiene a bien mandar los enlaces de apoyo, y, de paso, una propuesta de paquete publicitario para que ayude al mantenimiento y buen desarrollo del medio, básicamente, publicidad para subsistir.
¡Hemos topado con Belcebu! ¡Cómo osas pedirme tributo en este momento! ¡no eres consecuente! ¡solo recibo palos de tus críticas! ¡no tienes entradas para justificar tu petición! ¡eres un amateur! ¡ni siquiera sabes escribir derecho!
Bueno, tales buenaventuras sacadas de contexto, y no tan definitivas son el pan nuestro de cada día de muchos medios que luchamos, y recalco, luchamos, por dar a un lector somnoliento y esquivo, un reporte de una escena que, a pesar de todo, sigue siendo igual de rica y de talento.
Es necesario entender que este texto esta relacionado estrechamente con el comunicado de uno de los grupos «grandes» de nuestra escena, ante la petición, incomoda para ellos, de un profesional de este ámbito, sobre un paquete promocional en su medio.
La respuesta del grupo, en síntesis: son un grupo-empresa, algo lógico, son soberanos en sus decisiones, igualmente lógico, y su medio no le gusta, por que les «critican», (al parecer no les gusta que en sus foros les pongan a caldo, o hagan criticas truculentas de ellos, algo que es entendible plenamente). En este aspecto el comunicador, en un acto de sentido común se retira de la discusión en redes, sin dejar de reclamar su derecho a solicitar su derecho a ofrecer un paquete de publicidad en su medio a cualquier grupo que tenga a bien contratarlo ya que es su sustento. Y la respuesta del grupo es que llega a mucha mas gente pagando directamente a las empresas de redes sociales.
Aquí debemos parar y analizar esto. Ya que creo que es muy peligroso lo que aquí se expone por muchos motivos. Lo primero, debo reivindicar, como medio, varias cosas. No somos ONG’S. No somos aficionados que pidan un hueco para poder ir de gorra a los conciertos. Yo hice este medio para poder ayudar a los grupos incipientes, si, pero he invertido, e invierto, para ser un medio serio, para dar una información neutral y plural, ser una voz en el desierto para reivindicar el rock como una filosofía de vida, un Leit motiv, algo que me da la vida, pero para eso necesito profesionalizarme, posicionarme, y poder optar a un grupo de personas que muevan el motor de una página que tiene unas intenciones honestas de ser una pagina de referencia, un sitio donde haya cabida para la música, y un crisol donde los aficionados tengan informacion fehaciente.
Y si, aquí llega el meollo del asunto. La pasta, el parné, los presidentes muertos, la guita, los leuros. Nunca podemos crecer, profesionalizarnos ni trabajar sin ingresos. Es imposible. Y nos órbita la sensación de que somos buitres que quieren dejar seco al pobre músico que bastante tiene con comprar sus instrumentos, pagar a la discográfica, pagar al local de ensayo, pagar por el promotor, pagar por el reductor, pagar por el videoclip, también por el estudio de grabación. Y en parte llevan razón.
Pero la rueda es clara: si pagas por «likes» en redes sociales, si pagas por publicidad en ámbitos abstractos que nada tiene que ver realmente con tu rollo, sin denostar la legitima petición de los medios para poder subsistir, se nos condena a la desaparición, o al contraste de que para seguir el desarrollo y difusión e la escena española solo tendrás personas amateurs, personas no profesionales que solo tienen buena intención, y a veces ni eso.
Los medios vamos mas allá de las visitas, somos alma y consecuencia de una escena empobrecida por el ninguneo de los grandes medios, pero mas empobrecida por unos músicos, discográficas y, o, promotores que nos ven como pirañas o hienas que vamos a por los restos, nos ven como caraduras y un público que nos da la espalda para irse directamente a Spotify, Youtube, o directamente se va a las paginas de descargas de música.
Los medios necesitamos proveernos de sustento para subsistir, crecer, profesionalizarnos y ofrecer una respuesta ponderada, concreta y fidedigna de una escena maltratada en todos sus ámbitos. Yo deseo, siempre lo desee, que la escena crezca, llegue al publico, que haya conciertos llenos, y que la gente disfrute de una cultura como esta. De esta forma poder yo también crecer. Y en esto, él comunicador lleva toda la razón.
Sin embargo los medios cada vez estamos más empobrecidos, cada vez es más difícil poder financiarnos y poder dar ese servicio indispensable y profesional que llevamos años realizando. No hay respuesta por parte de la gente, y estamos condenados a desaparecer. En ese punto, si llega, podréis poner publicidad en Facebook, posicionaros en google, no tendréis críticas, ni buenas ni malas, tampoco acceso a la opinión sincera de vuestros conciertos, tampoco a la opinión sincera de vuestros males, desaciertos o una opinión global de vuestro desarrollo como músicos: todo será mas gris, y os lo aseguro, perderemos todos, pero sobre todo, perderán los que aman la música, ya que no habrá un lienzo para poder pintar los acordes que nos emocionan y se perderán para siempre.
Josean Zombie,
