En contadas ocasiones te llega un disco, un trabajo que te descoloca desde el principio, y sin duda este trabajo de Alvaro G Plata, bajo el nombre de YYCHROMOSOME te deja el culo torcido sin muchos aspavientos.
Pero entremos en materia; ¿Puede haber belleza en el mal? Con esta pregunta critica el artista nos sumerge en un mundo particular y conceptual, titulado ‘Teratology’ y que según su propio y único artífice, lo define como un álbum qué «se revela como un bestiario de explosiones instrumentales, orientadas al deathcore, hibridadas con elementos cinematográficos en un homenaje a las películas de terror y los vídeo juegos de supervivencia además de salvaje, inquietante y de pesadilla».
Lo cierto es que un álbum debe intentar siempre ser una experiencia, una especie de karma en el que el oyente manifieste distintas acepciones, sentimientos y saque a relucir un crisol de emociones, no todas positivas, pasando por el miedo, la inquietud y la sensación de ahogo… el buen cine claustrofóbico busca siempre eso, y no es una experiencia sencilla. Para simplificarlo, es como saber sacar las distintas texturas de un buen vino, por lo que hay gente que se decantara por un vino peleón y de supermercado barato, una experiencia superflua, barata y de fácil olvido. Esto es algo que no experimentaras en la escucha de este trabajo.
Esta claro, esto no es un trabajo para un público sencillo, tampoco es digerible en una primera escucha. La técnica del artista fuertemente escorada al deathcore, que el álbum sea fuertemente atmosférico, instrumental, muy técnico y complejo, lo aleja de las masas, pero sin duda lo convierte en una delicatessen, una suerte de viaje brutal y complejo, donde, de nuevo el artista no se conforma con la composición, si no que busca incomodar, retorcer, helar al oyente a través de los 9 temas que articulan este «Teratology». La escucha del disco te obliga a seguir cada tema como una experiencia propia, pero continua, por lo que desglosar cada tema es absurdo; hay que oír cada tema e imbuirse en su fuerza, en su dramatismo y en su particular visión armónica.
Es cierto que el artista se sintetiza en el deathcore como timón primordial de uso del estilo armónico, pero la complejidad estructural que busca le invita a referirse y reflejarse en notas progresivas, el math core, toques electrónicos y un acusado escoraje a las bandas sonoras fílmicas de terror.
Este rabajo, ademas es notable por que ha sido escrito, grabado, mezclado y masterizado por el propio Álvaro G. Plata en el año 2018 en los estudios «A Lesser Fate Studios», de Madrid (España), siendo también muy destacable el sonido que ha conseguido.
Sin duda estamos delante de uno de esos trabajos que son, de forma taxativa, toda una experiencia en su oída, un viaje complejo y lleno de referencias, no apto para todos los oidos, ni para todas las mentes, pero que desde aquí recomiendo.
Josean Zombie.
