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THYBREATH «WHERE THE GODS FALL»

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He de decir que hay algunas críticas que me jode hacerlas… como esta que voy a hacer a colación: no oculto nunca mi amistad y mi afinidad con ciertas personas de este grupo, como Iván, alma de este conjunto, desde su militancia en un grupo tan querido para mi como es Arkgabriel, o la de su vocalista Victor que nos acompaño en el primer aniversario de este medio con su anterior proyecto Somne, o el bajista Pablo Alobera ex-Kinnara. Esto no es obice para que sea parcial en mis criticas, y diga a ciencia cierta lo que me inspira este «WHERE THE GODS FALL» y mi conclusión es meridiana… y es que estamos delante de un puto discazo!

Me da igual lo que piense la gente al respecto, y os aseguro que no soy un pelota, pero conozco muy bien a este grupo, y veo su nivel, como han evolucionado, y sin duda están a años luz de su trabajo anterior.

Diseccionando este trabajo constato que Thybreath han decidido apartarse del Thrash metal de la vieja escuela, elaborado un trabajo que tildaría de vanguardista, sin perder de vista su esencia: esto es gracias a un trabajo que funde las influencias del grupo, pero sobre todo se asienta en un pilar fundamental: el trabajo lírico de Victor, a medio camino del death metal y que juega con las armonías y las octavas a su antojo, realizando un trabajo brutal, y donde el intenso y marcado trabajo rítmico se convierte en el perfecto escenario de representación del sonido de guitarra que Iván a sacado. En este aspecto, temia yo que las influencias Machine Head que el señor Rob Flynn ejerce sobre Iván ahogaran el trabajo del grupo, pero compruebo que mis temores son injustificados, aunque esten presentes en el disco, están solo en pequeños chupitos armónicos.

Realmente estamos delante de un disco que sabe coger lo mejor de cada escuela, tiene de Slipknot, de Machine Head, de Testament en su etapa «Demonic», de Forbbiden, de Exodus y de Slayer, sin que se noten las influencias, pues el final es claro, suenan a THYBREATH.

«DARK PLAYGROUND» es un interesantísimo conglomerado de voces infantiles, a las que se les añade una armonía inquietante en segundo plano, muy en la linea de la cantinela de presentación de Freddie Krueguer y que enlaza a la brutal «The Bogeyman», siguiendo la misma linea armónica de la anterior, pero llevando el sonido al extremo, y con la participación de los enfants anteriores haciendo los coros a Victor. No podemos obviar el interludio a modo de implosion que se marca el grupo como guinda salvaje del tema.Sencillamente flipante.

Por si no han quedado tus vértebras dobladas ya con los temas anteriores, entramos en «Deceit and letdown» : aquí aprecio, dentro del estribillo circular y endemoniado del tema, muy en la linea de unos Machine Head, el juego que se le imprime a las líricas, y el tono de las rítmicas, elevadas a la enésima potencia. Brutal, pero con menos carácter que la anterior, a pesar de exhibir técnica.

«No redemption» fue el tema elegido por el grupo como adelanto del disco: en un bloque unido Thybreath realiza un salvaje asalto a tus neuronas con una cancion que te envuelve para sacudirte; las voces de Victor se alternan en los tonos usando todo su arsenal lírico y el estribillo se te tatúa en la primera escucha. Imposible escucharla sin hacer headbanging. Para mi de lo mejor del disco con «The bogey man», mostrando un thrash de vanguardia, y un grupo en un estado soberbio de forma.

«Frozen inside» es otro acto que demuestra que el lirismo abierto se conjuga bien con el thrash mas brutal: con un sonido cortante, Victor incide en las atmósferas con su juego en las octavas limpias impregnadas de juegos guturales que da paso a un clímax intermedio, digno de un «Ride the lightning». Otro punto álgido del disco, y con una personalidad propia interesantísima. Aquí si que se aprecia el juego de guitarra a lo Rob Flynn de Iván.

«A drill in your brain»: con un titulo así te puedes esperar que tipo de tema te espera. Rítmicas emparejadas con un martillo pilón, guitarras salvajes y cortantes. Pero los juegos en los tiempos, cadenciados para virar a salvajes y rápidos, y con el juego de las líricas de Victor realiza un adictivo y marcial tema, que me recuerda a los Exodus mas salvajes. Genial.

«Until my last breath»: comienza envolvente y enigmática, notando que la lírica que imprime la guitarra sin artificios no es mas que contener la fuerza de un bulldocer, para a posteriori dejarlo libre y salvaje. Luego el tema, oscuro y denso, se vuelve incontrolable, muy influenciado por los sonidos Slipknot, para entronizar un precioso, pero igualmente salvaje, interludio que te hace suyo inmediatamente. Otra genialidad del disco, que tiene la virtud de absorberte, masticarte y luego escupirte con una sonrisa en los labios sin saber porqué.

«Broken lives» : es otro ataque a tus sentidos en el que las rítmicas echan fuego, e Ivan se muestra implacable en la ejecución de las guitarras. También Victor ataca a un tema de atmósfera desasosegante y cargada, muy duro, solo matizado por el juego vocal. Aquí el grupo se muestra consolidado y en bloque, mostrando su fuerza y dominio técnico.

«Where the gods fall». Entramos en el tema que ha dado titulo al disco: aquí todas las virtudes del grupo se muestran mas significativas, con el uso de unas líricas cambiantes y dominadas por Victor, también el brutal trabajo rítmico, omnipresente en todo el disco, y el filo a cuchillo de las guitarras de Iván. Pero el echo de realizar una canción que asume cierto carácter marcial y, por que no decirlo, operístico junto a los estribillos inmensos del tema, dan un tema vanguardista de difícil apreciación en una sola escucha.

«The plague»: cierra el disco de la manera Thybreath. Todo un ataque sónico brutal e hiperacelerado, que se abre a los tiempos mesurados en la voz de Victor para dar una atmósfera cargada en el tema, y volver a acelerarse sine die. Es el tema mas brutal del disco, y tambien por los juegos en los tiempos y las atmosferas, tan dificil como el anterior.

Solo le saco alguna pega en el sonido, en la producción, por que en algún momento puntual, la pista de la batería se distorsiona levemente, o por lo menos en mi compacto así lo aprecio. Por otra parte el cuidado trabajo de presentación del disco denota el cuidado que el grupo ha incidido para que llegue al comprador.

No me cabe duda que estamos hablando de un punto y aparte dentro del saturado escenario thrash hispano, y que de forma sobresaliente, Thybreath han decidido romper con un disco que es un aire nuevo, y refrescante. De lo mejor de este, ya, entrante 2016.

 

JOSEAN ZOMBIE.

 

 

 

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