Quizás, y solo quizás, te suene el nombre de Momo, y no me refiero al de Michael Ende… no, yo hablo de nuestro Momo Cortés, el Momo que habla de rock, de Queen, y que en este 2018, se ha atrevido a firmar una ópera rock (en su sonido global que no en su estructura), una locura contagiosa de once actos, en los cuales el músico da rienda suelta a su visión elegante y espacial del rock.
Para enfilar un trabajo como este, tienes que tener una visión especial, un amor por las operas primas, revestidas de electricidad, de sentimiento y de pasión. Sin duda estos trabajo tan intenso engalanan el nombre del rock, y se emparejan a trabajos como Tommy o Jesucristo superstar,siempre visto desde el prisma inefable del músico que plasma un prisma personal de la música que representa.
No es ningún secreto que detrás de Momo, hay un trabajo en un espectáculo que bebe de uno de los grandes grupos de rock de todos los tiempos, pero no quiero entrar aquí en esos matices en los cuales el músico prácticamente consigue obviar, elemento bastante difícil por otra parte.
El crisol musical es intenso, pero personal. Sin duda hay retazos de muchos palos, desde los propios Queen (aunque en un porcentaje mucho menor de lo esperado), hay loas a grupos como los Who, como Meat Loaf, como David Bowie, como la gran obra de todos los tiempos, Rocky Horror Show… no me cuesta ver los temas en un escenario, coreografiados, incluso teatralizados, y eso es mucho, mucho decir.
Hay sin duda un mimo especial en cada corte, una especial sensibilidad desbordante y fuertemente melódica, llegando en ocasiones a rozar lo mas comercial (un corte como «Hambre De Poder» bien podría haber aparecido en un disco de Maná perfectamente).
Sin embargo este trabajo es rock, un rock quizás sinfónico, especial y particular, un rock operístico que muestra su vigencia y su poder a través del talento, el chorro de voz espectacular de Momo, y todo esto aquí, no en broadway.
Un trabajo que es un pequeño gourmet, con temas regios y electricos como «Enemigo Fiel», con la sensibilidad preciosa de «Perdido» y «En Caida Libre» y su preciosa prosa, o la intensísima y visceral «A Quien Creíste Querer» su tema mas Queen en este trabajo(Ya quisiera tener en su repertorio el Sr Alborán y darle esa pátina de frescura internacional). Genial es la racial y desgarradora «No Aguantaré» puro dramatismo rockero operistico, electrificado por y para el público.
No falta el guiño funk rock en «Después De Caer» puro swing con punch rockero, perfecto para unas tablas. Me encanta la fuerza explosiva y de puro rock de «Sobreviviré» puro hard rock con raíces sajonas, cantadas en castellano, pura crema melódica, y que va de la mano con la labrada y sentida en su cadencia sensual en «Podría«, mostrando la visión sensible del artista mas eléctrica. Silente y con fuerza contenida surge «Atrapado» otro corte que pide a gritos una coreografía y un escenario para desplegar toda su energía, toda su melodía espacial…. y cerramos con «Canción De Resurrección» hard rock al mejor estilo de la opera rock, al mejor estilo Jesucristo Superstar con sabor Queen.
No cierro esta critica sin señalar el cuidado que el artista a preparado en el disco, incluyendo un DVD con un concierto acústico grabado en la mítica sala Tarambana, un templo de cultura al que reverenciar, y que ademas nos regala la edición de este trabajo.
Si hay una definición de un trabajo como delicattesen rockera, este «Pequeño Acto De Rebeldia» se muestra como tal, inmenso en todas sus facetas.
Josean Zombie.