Los Dioses del Metal están de celebración. La fiestaca va a sacudir los cimientos del mundo del Rock y nadie va a poder llamar a la pasma para evitarlo. Capaces de arrasar estadios y explotar bragas con un chasquear de dedos, los pioneros del Freak Metal – término creado por sus enemigos “trues”, envidiosos de su power – presentan en 2023 su espectáculo definitivo: Un homenaje a sus fans en gratitud por mantenerlos 25 años en la cresta de la ola metalera.
La gira “GIGATRON XXV” ofrece un hilarante viaje en tren de la bruja a través de todos los subgéneros del Sagrado Metal (Glam, Black, Power, Death, Chotis, Speed, Cringe, Quinqui…) con una puesta en escena a la altura de tal pompa y circunstancia, invitados de lujo en cada fecha y un repertorio de 25 temas elegidos en redes por sus fans que resumirá en orden cronológico los mayores hits de su carrera. Desde «Los Dioses han llegado» – el debut que incendió los charts con “The Peto el Kks”, “El Barco de Colegas” o “La Tierra del Rock” pasando por “Mar de Cuernos”, “Hithrashit”, “Atopeosis 666”, “The Aluminium Paper Album” a su actual disco conceptual «La Xusta de Zarathustra», obra cumbre de su culto religioso al metal endrogado. Vamos, como los shows de Maiden pero sin las canciones chungas del último disco.
Gigatron se forman en 1997 en Valencia (California) cuando Charly Glamour y Frank el Tachas descubren en mitad de una pelea en unos billares que comparten la pasión por el heavy metal ochentero. Su misión será recuperar el espíritu “Jebi”, cuando el movimiento tenía güevos y aplastaba pijos, antes de la decadencia de la raza pura metalera, cuando la Maldición del Nu Metal solo era un aciago vaticinio, antes de que Anthrax se pusieran bermudas, los Metallica se cortaran el pelo, Pantera se quitarán las mallas de licra, Mustaine se hiciera cristiano y los Celtic Frost sacaran un disco de Glam, cuando el Poder del Metal era defendido por verdaderos guerreros sin afeitar de paquete prieto y hacha en puño, y no por estudiantes pajeros de informática.
Después de destruir literalmente los camerinos de medio mundo (del Budokan de Japón al Bukkake Chrome de Sebastopol) aterrizan en el mercado del jebi rock albañil ibérico escandalizando a Mariskal Romero con sus dos primeros discos, “Los Dioses han llegado (1998) y “Mar de Cuernos” (2007) (Ambos denunciados por Rafa Basa ante la Unesco). Las drogas, los egos y extraños incidentes en zoológicos les llevan a disolverse en 2008 acaparando todas las portadas de la prensa amarilla por actos ignominiosos que hunden su carrera pero catapultan su leyenda, hasta que en 2012 el Apocalipsis Molón les hacer resurgir de las alcantarillas del Valhalla llamados a una nueva cruzada para salvar el mundo del creciente Muermo. Charly recompone la banda a golpe de su paquete fichando especímenes menos castigados por el whisky barato y las batallas legales hasta llegar al arrollador combo actual junto al carnicero de las seis cuerdas Dave Demonio, el genio musical contrahecho en bajista para pagar sus deudas con la mafia Kaik Turulo y el batería más brutal y sucio surgido de los fuegos de Mordor: Johnny Cochambre.
Tras diez años de rodaje con cientos de shows y hoteles destrozados, actuaciones atopeósicas en los mejores festivales y giras que han hecho llorar a los Manowar, la banda está en mejor forma que nunca gracias a un equilibrio perfecto entre broncas y gimnasios cuya fórmula secreta guardan celosamente. Mientras las demás bandas languidecen, Gigatron cada vez petan más cacas. ¿Por qué? Porque el Jebi Metal se enseña mal. Punto.
¿Quieres unirte a la fiesta y comprobar el poder del Lado Troner del Metal? Únete a la horda en los fastos del XXV Aniversario de GIGATRON. Un mindundi nunca más serás, mojarás. Y lo vas a flipar.