Si de algo estoy seguro en las criticas que hago es que llegar a hacer un disco propio, que sea innovador, distinto, es poco menos que imposible, parece que todo esta inventado… pero:
Creo que Dulcamara no estaría del todo de acuerdo con este aparente axioma, pues «El antagonista» es precisamente fresco, es un disco que zuna las lineas armónicas mas brutales, con los sonidos mas vanguardistas, sin dejar de ver, en modo alguno la melodía mas crujiente y directa.
Si por algún motivo no los conoces, Dulcamara son un grupo de Toledo, que lleva luchando por su proyecto desde el 2006, desde aquel primigenio álbum de presentación de titulo homónimo, y el single previo «Territorio Comanche» siendo un punto referente en los ámbitos underground por su buen hacer.
Dulcamara consigue en este disco, algo que echo en falta en algunos discos de este genero, y es saber darle un tono vanguardista, avanzado sin perder un ápice de contundencia, de atmósferas propias trabajadas, en ocasiones auténticamente despiadadas y brutales, dejando los blast beatas a denso fuego, para acompañarte en el descenso al universo que el grupo te trae, y que te absorbe poco a poco, y sin que puedas hacer nada por remediarlo. Ya la portada transgresora, y con un tonillo ciertamente ciber-punk ya te llama la atención.
Creo poder decir que el punto fuerte del grupo reside en un pilar básico como es la incorporación de efectos de teclado que intensifican la acción como grupo del mismo; en este sentido ellos saben muy bien que como combo no presentan fisuras, cuidan las armonías, guiadas por el intenso trabajo rítmico que imprime la batería y remachado por unos ritmos densos de guitarra, armónicos y redundantes, a los que los arreglos de teclado matizan perfectamente, y que siempre se acogen al la oscuridad personificada que representa la guturalidad que imprime la voz, intensamente profunda y grave. En este punto considero del todo baladí recalcar las procedencias de los músicos de Dulcamara
que en todo caso solo vienen a sintetizar lo que ya conocemos como inmensos músicos que sin duda son.
La buena combinación de las partes melódicas, con la intensa tanda de frenesí gutural nos regala unos temas complejos en su estructura llenos de matices y prismas, de distintos sabores y direcciones.
Un tema que bien sintetiza esta unión y que recomiendo por su honestidad y perfil magnético es «Gehena», un tema que te deja exhausto y con ganas, aun así, de repetir escucha, pero que también podríamos extrapolar a los otros temas, sin problema. Por poner otro ejemplo de tema atmosférico, denso, y agobiante lo tenemos en «Donde nacen las pesadillas» terrorífico por los cuatro costados, y digno de un videoclip a la mas pura tradición de la Hammer.
La producción del disco esta mimada, cuidando los detalles para, sin pulir en exceso el sonido, ni quitarle un ápice de contundencia, hacer discernibles cada paso y cada estribillo.
Un grandísimo disco que, estoy seguro, tendrá un antes y un después en la historia de Dulcamara y será un remanente en el Death melódico de España.
Josean Zombie