En ocasiones dejarte llevar por las apariencias puede ser un error. Ya desde el primer momento en el que me llego este disco me dije…joder! ¿Nottingham prisas? ¿estamos delante de otros Gigatron?¿de otros Mojinos?? No soy muy devoto de este tipo de grupos, y salvo para un rato de diversión en directo, no les hago mucho caso.
Sin embargo, y a pesar de tener también una portada también bastante anodina, lo que hay dentro de este disco merece mucho mucho la pena.
Dejando de lado prejuicios, y una vez entrado dentro del disco, nos encontramos con un disco que iza como bandera el Hard rock en mayusculas, un rock diáfano, luminoso, y muy, muy pegadizo, alardeando de melodía y buen gusto. No pudo decir si han evolucionado con respecto a su disco predecesor, ya que nos los conocía, pero realmente suenan bien.
Y aunque se pueda pensar que esta todo inventado, la grandeza del rock es que siempre funciona cuando es honesto y tiene buenas ideas detrás. Y es que así precisamente es este disco, un disco que en cada corte te van ganando poco a poco con su rock & roll sin impurezas.
Bajo, batería, guitarras, grandes músicos de fino olfato melódico y que en su obra todo esta pensado para sonar crujiente y bien, y ademas cuenta con un gran as, con una gran baza que me ha echo rendirme delante de su música, y es la arenosa y magnetizante voz de Pedro Morcillo, brutal en todos los cortes del disco. Me recuerda poderosamente el timbre que gasta con el timbre de Jocke Berg de Hardcore Superstar, mezclados con los ritmos que en su día hicieron grandes los Platero, o los Leño; tal es el crisol que destilan los «Nottingham prisas»
Destacaría dentro del álbum la magnética y adictiva «El Pacto» con el que arranca el disco; desde luego quien no ha firmado algo así dentro de este mundillo. Genial.
No menos genial, también es «Pertrechando a sus demonios» toda una oda al hard rock sin complejos de estribillo fantástico sobre el que reluce el trabajo de las líricas, fluctuando las atmósferas intimas con el crujiente sonido del grupo.
Otro tema que se te pega en la segunda oida es «Pobre infeliz» y que tiene una letra que hay que mimar y asumirla como un tantra, fantástica.
Por su lírica trabajada y abierta y con otra letra magnética tenemos «Penitencia». Es un tema que en unos aparentemente sencillos acordes, y medido paso en las rítmicas te va deslizando dentro sin que te des cuenta y te alza hasta el climax del riff central. Tiene cierto deja vu a Eric Clapton en su etapa de Mano Lenta.
«Piel a piel» pone el tono rasgado e intimo del grupo, en un tema de fuerte sensibilidad.
«La carrera» nos devuelve el grupo en su mejor vertiente, el hard rock con mayusculas: sin artificios, solo con un alma melódica inmensa hablando de tu a tu con el oyente… lineas de guitarra limpias pero a la vez fuertemente eléctricas, rítmicas que se alinean al son del bajo y la gran figura del disco su alma lírica, su voz.
«Soñar sin ti»: mas rock con cierta alma macarra, con poesía en las letras y desparpajo, estribillo fino y aquiescente con las líricas, tan adictivo como los temas que abren el disco.
Cerrando ya el disco tenemos «Canciones Perdidas» cerrando un buen disco con hard rock directo y fresco, medido en los tiempos y guitarras crecidas. En este tema el grupo me recuerda vagamente a los Marea mas imbuidos por el rock.
El disco esta realmente bien, es adictivo, y es de esos discos que tienen en tu colección y que necesitas en un día gris para que te ilumine. El único problema que le veo es que puede pasar un tanto desapercibido, y seria una pena, porque suena muy bien.
Josean Zombie.
