Inicio EL ZOMBIE TE QUIERE ENTREVISTAR SOYLA «SOYLA»

SOYLA «SOYLA»

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De nuevo incido en un estilo al que soy ajeno, como es el Indie Rock, en este punto conociendo al grupo barcelonés «Soyla» que nos presenta diez temas catarquicos e íntimos para dar paso a ese rock de visión interior, aderezado por un leve deje eléctrico para envolver al oyente.

Y es que esta claro que una música como la de Soyla tiene una comunión intensa con el oyente, si este necesita una visión introspectiva del rock, una visión romántica, pero sin perder de vista unas gotas de realidad y visión empírica y critica, algo que se aprecia en todas las líricas que articulan este trabajo.

No se puede abordar este primer trabajo sin tener claro que lo que vas a encontrar es a un grupo de veteranos en el negocio, a los que podríamos emparejar estilísticamente en el sonido a grupos como Nek, algunos detalles de Maná, mucho también del vigente Indie imperante, también no poco del rock español que reino en los 60 nunca lo suficientemente reivindicado, pero en un estilo que me sabe más urbano… no me es ajena la sensación de pisar las calles de Barcelona, unas calles húmedas después de una buena noche y a punto de cerrar. Los músicos saben sacar, siempre con la tersura de la voz de Micky Laborde, el epicentro de todo el disco, y el que le da sabor, ese sabor melancólico pero feliz, y que el grupo sabe envolver en un anfiteatro donde el acústico, el tono eléctrico, y elegantísimo trabajo rítmico como las candilejas que iluminan los temas. El buen gusto en los detalles los ponen las bases de guitarra, muy sutiles, pero con carácter, lo cual hace que la escucha del disco pida algunas escuchas para poder perderte en los detalles.

El disco se abre con «6 Gigas», una ácida canción que pone el dedo en la llaga sobre el mundo digital que esta haciendo con todo nuestro entorno, todo envuelto en un tema atmosférico y elegante que eleva la prosa de la canción de manera sublime. Un tema potente y de factura impecable.

Seguimos con «Gritos»: de nuevo la elegancia de la prosa lírica se envuelve en un decidido mundo sonoro y armónico, algo más amplio y alegre que el anterior. Un corte que tiene lo justo para hacer vibrar las cuerdas de tu interior.

Con un titulo como «Ángel Sobre Berlín» puedes imaginar ese tema que te envuelve en una fría noche que finaliza mientras caminas junto a tus sentimientos, pura sensibilidad directa, nostalgia y un plus de introversión electrificada.

Sin embargo, este disco es de rock. Dando prioridad a la base rítmica, entramos en un corte como es «Imperio De Sal», de nuevo elegante gracias a la linea lírica y un uso de metales que me sabe al rock de los 60 de aquí, pero con algo más de cuerpo sonoro: una canción que sin derribar muros, tiene su aquel y da para mover un cuerpo como el tuyo bailando en el comedor de tu casa… ya eliges la forma de hacerlo.

Y sin embargo, de nuevo, declamamos que somos ficción en «Soy Ficción», un giro hacia la zona dramática para moldear la figura sonora del oyente y llevarlo hacia ese terreno árido y frio del desierto emocional que algunos sacamos cuando dan paso los compases del tema.

Y no puede haber una ola perfecta, en un mundo imperfecto, pero eso no es óbice de que «Ola Imperfecta» es el tema canalla del disco. Grande la prosa de la lirica, genial los detalles sonoros y melódicos, y ese bullicioso ejercicio que resulta de la escucha del trabajo.

Con un deje de lounge mediterráneo, luces de neon, y marcado sentido tenemos este corte, «Voces» un corte que a mí, a pesar de ser un devoto de los dioses del metal, coincido que es hipnotizante, con el justo toque romántico, una linea de guitarra bellísima y con sabor a sal de mar mientras cae de mi ojo una pequeña lagrima en la escucha del tema.

Seguimos con «Robots», de nuevo con la linea lírica más cáustica, y un sentido homenaje al rock sesentero español, al «yeye» o, más cercano en el tiempo, al descaro que fundió la tele con la bola de cristal pero llevado a la distorsión de hoy día. Interesante.

Vamos llegando al final de la función con «Flechas«, un tema que de nuevo viene a revolver el baúl de tus raíces melódicas. UN poco de introspección, un podo de distorsión, de nuevo un tema para escuchar mientras caminas por las calles vacías de tu ciudad.

Y cerramos el capitulo «Soyla» con un corte titulado «Guardián Del Centeno» qué ignoro si será hijo de Salinger. Aqui el grupo da paso a su sensibilidad más racial, su lírica más preciosa, pero con un perfil roto muy acusado, para dejar el oyente, ahora si, con los ojos húmedos y el alma inquieta.

Probablemente no sea yo el mejor oyente de este tipo de música, pero por circunstancias de la vida, es precisamente ahora donde más conecto con este tipo de trabajos que en su escucha siempre tengo la sensación de dolor y gozo que provoca una obra redonda.

Josean Zombie.

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