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Nuevas formulas de atención televisiva al rock. El efecto Max Headroom.

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Si me sigues en mi pagina de facebook (cosa que ya te honra), verás que comparto muchos, muchos videos que no tienen nada que ver con el rock, ni con el metal… vaya, ni con el rollo de esta página.

Pero son videos que, de manera tangencial, me dicen mucho, me indican un camino, un camino al que el rock tiene que asomarse, tanto si quiere, como si no, y de ello os voy a hablar.

Hubo una serie, mítica, y de escaso seguimiento en la piel de toro, como fue Max Headroom emitida de madrugada por una primigenia Telemadrid (e imagino en las cadenas FORTA). Esta serie nos hablaba de un programa ficticio de televisión en un mundo distópico, netamente apocalíptico, donde un periodista como era Edison Carter, (Matt Frewer) hacia frente al oligopolio de las televisiones establecidas, que controlan férreamente todos los contenidos a la vez que manipulan a los televidentes sin una sola palabra de critica al respecto, y a través de un alter ego digital como era Max Headroom, daba una visión distinta a la establecida por lo establecido, imperante, y manipulada, captando la señal de televisión y emitiendo su programa de manera pirata.

Hoy día, las redes sociales han cambiado el consumo televisivo, de tal forma que ya uno puede disfrutar de pequeños y libres programas de televisión que emiten de forma autónoma y sin ataduras.

En mi caso sigo mucho a cuatro programas totalmente distintos, como son El Comidista del diario El País, «Comer La Vanguardia», en especial a su «estrella» Gipsy Chef, y en otro ámbito diametralmente opuesto, Grand Turism en Amazon Prime (aunque este sea un monstruo que recoge otro programa extinto de la BBC como era Top Gear, uno de los programas más gamberros y transgresores que ha existido jamás en la TV) ademas de Diario De Un Nómada en la dos de TVE. Todos coinciden en algo, y es su libertad, su agilidad en la difusión y producción del programa, su simpatía, aparente sencillez, su reivindicación, y su tono, en algunos casos más tangible que otros, gamberro y espontáneo, vamos, puro lenguaje televisivo sin estar a las ordenes de nadie.

Os preguntareis que cojines tienen que ver estos programas con lo que esta página ejemplifica y difunde, pero ese no es el concepto, si son de comida, de coches o de motos, de lo que quiero que hablemos. De lo que hablo es de cómo se hace la nueva televisión, de cómo alguien es capaz de transmitir su pasión sin estar, realmente, supeditado a nadie, tan solo con un canal, unas suscripciones, y un montón de talento.

Como muestra, El Comidista, Mikel Iturriaga, nos habla de como al industria nos manipula en los envasados de muchos productos, tanto, que en ocasiones el consumidor puede llegar a pensar que la bolleria industrial tiene algún tipo de beneficio al portar supuestas bondades en forma de vitaminas o similares.

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/04/26/articulo/1524758688_731486.html?ssm=FB_CM_ECD&fbclid=IwAR3HBGt1A3qAeOrcrc7HCJOlG_Kw5Kf1eZfEndgN5NI2j5kerbZ7DcXjMlI

Estamos delante de la televisión 2.0, programas honestos, muy trabajados y lanzados a pie de calle, unidimendisionales en su propuesta, pero sin estereotipos, a pie e calle en muchas ocasiones y sobre todo, libres, perfectos para reivindicar y denunciar aquello a lo que las televisiones no pueden por que están sujetas por contratos, intereses, o directamente manipulaciones políticas interesadas… hay que tenerlos cuadrados para que una persona como Mikel Iturriaga denuncie este tipo de cosas teniendo un lobby tan fuerte como es la industria alimentaria detrás.

De un modo igualmente gamberro el Gipsy Chef se atreve a comentar que los sobres de los fideos rápidos son directamente «veneno» como un simple punto de su programa… a su vez Miquel Silvestre nos ilustra de humanismo a pie de cuneta, nos habla de honestidad, compromiso y trabajo y nos da luz a como de cercanos somos los humanos de otros países, a pesar de lo que nos inunda de las televisiones de unos telediarios manipulados en muchas ocasiones. Ademas reclama y reivindica a una historia que nos une, le pese a quien le pese, y ya se sabe que los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla, ademas con un fuerte tonillo rockero en su banda sonora.

Todos estos programas son programas que puedes seguir en plataformas digitales, como son Youtube, Facebook, o en diversas plataformas digitales y como algo más raro, en una televisión estatal en el caso de Miquel Silvestre, pero que también se prodiga con episodios propios en Facebook live, Youtube o similares. Su nexo en común, la libertad de emisión que han dado las redes, la libertad personal de poder emitir lo que les de la gana, eso sí, contrastando, trabajando, en definitiva, con un trabajo de edición esmerados no poco sentido del humor, algo que consiguen que sus seguidores vayan aumentando y dejando de lado formulas añejas y, en muchos casos, interesadamente manipuladas por ese caballero que es don dinero.

No son Youtubers, cosa que los aleja de la miriada de personas que con mayor o menor tino intentan salir en este medio. Hablo de programas editados y profesionales, con una edición, un guión y un trabajo detrás y con un trabajo de documentación profundo que los aleja de los que simplemente usan estos medios para dar una opinión sin más y así considerarse «influencers», muchas veces sin mas base que su propia opinión.

Sobre esto, en el rock, y de forma tibia tuvimos (tenemos)a la gente de Metalovision, (obviare Rock Palace por lo previsible de su propuesta y efímera existencia)un proyecto ilusionante que poco a poco se ha ido fagocitando así mismo y ha quedado desdibujado cuando no, en muchas ocasiones, caricaturizado en si mismo… sin duda les ha faltado consolidarse como un medio abierto en la visión plural del rock de esta zona del mississipi, (no solo para la foto del grupo internacional), han perdido la calle, esa inmediatez del directo que les da cercanía, poniendo foco en que muchos de sus posibles seguidores son los propios músicos que luchan por salir, o por la temática abierta y errática de su linea editorial que en ocasiones, últimamente roza, dicho esto con la mayor de las disculpas, la vergüenza ajena) y que mucha gente ya no les toma en serio cuando han desaparecido de la escena underground, (solo se les ve en los grandes saraos) que es la esencia de este rollo. Esta claro que a día de hoy, no hay un referente serio de este tipo en el ámbito del rock, por lo menos no en la piel de toro. A pesar de esto, Metalovision siguen teniendo una cuota de visionados digna en Youtube que los mantienen en el candelero y los convierten en referencia, única, de medio basado en el rock, de formato independiente. Tiene mérito, no lo negare, su persistencia, y su trabajo.

El trabajo directo, constante, serio, y de nuevo, reitero, constante, y palpable (algo que les falta, por ejemplo a la gente de Metal Hammer que nunca se les ve salvo en los saraos de ámbitos internacionales) es un nicho a descubrir por el rollo rock en España…. alguien que muestre que la industria musical global es un ente que solo busca el rédito económico en todo ámbito, (cosa que en sí es entendible, pero no encaja con nuestra filosofía de pasión por la música), que denuncie las injusticias, los desequilibrios y que para la gente de a pie, minoritaria como somos nosotros, no hay sitio, por que veleidades musicales, para la industria, que no dejen caja, cash, viruta, parné, pasta, no tienen sitio en los medios tradicionales. Ahí esta el quid de la cuestión… necesitamos para el rock… más Rock’n’roll, pero de la mano de alguien que sepa sacar una formula que no caiga en formatos caducos tipo MTV que se han demostrado alejados de las nuevas generaciones, nos tomen en serio y se le de visibilidad en un programa de este tipo, que tenga la energía del directo, sepa estar fuera de la industria, de pábulo a lo grande de esta música y reivindique esta cultura, desde abajo, de forma honesta, limpia y decididamente comprometida con una visión, la cultura del rock.

Sin duda es difícil. Hace falta soporte económico, ideas y talento, y muchas, muchas ganas de trabajar, pero, creo, que el rock no se puede minimizar, no debemos permitir que programas como «Tu Cara Me Suena» sean un escaparate de la cultura musical de este país y de los mismos estereotipos que ahogan la cultura musical de este en España, estereotipos que me avergüenzan profundamente y me hacen mirar a la cultura musical abierta y clara de países de Europa, con especial mira de los países del norte de Europa… necesitamos a un Gipsy Chef, a un Mikel Iturriaga o un Miquel Silvestre del rock, algún Max Headroom rebelde que ponga blanco sobre negro lo que somos, y donde estamos, por mucho que la gente no quiera vernos.

Es un reto que dejo ahí.

Josean Zombie.

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