Inicio NOTICIAS CULTURA ROCK Y COACHING MUSICAL; MENTORES, ANÁLISIS.

CULTURA ROCK Y COACHING MUSICAL; MENTORES, ANÁLISIS.

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Desde hace un tiempo a esta parte, tanto en el rock, como en muchos ámbitos del mundo en el que vivimos, salieron a relucir los «Coachers» o también conocidos como mentores, una nueva especie de profesional, en el que, fuese cual fuese tu ámbito profesional, esta persona te apoyaba en tu proyecto y como figura profesional ademas de poder ayudarte a monetizar aquel ámbito de tu perfil o lo que es más importante, tu producto.

Un mentor es un especialista en saber conocer profundamente, primero, a la persona con sus carencias y prismas, segundo, al profesional, y por último, el producto, el alma mater del cogollo, el epicentro del problema, el dinero.

No es ningún secreto el reconocer, que este profesional lo hay en todas partes y ámbitos, pero hablaré de nuestro rollo, el rock, donde también algunos de estos profesionales han venido para quedarse, y buscan ese ansiado trofeo que es conseguirte la rentabilidad, el conocimiento, la expansión, la resolución, todo en base a unas premisas fijas, unas herramientas, a unos conocimientos aplicados en las diversas industrias que necesitan poner a disposición de sus empleados esas herramientas de conocimiento personal, gestión del estrés, monetización y venta, amen de otras muchas facetas.

En otro ámbito de mi carrera profesional, desarrollada en el mundo de la automoción y de forma sorpresiva, tuve la oportunidad de conocer, en un curso gestionado por uno de estos mentores, orientado en un momento de bajo animo general, en el peor momento de la crisis que nos azoto, allá en el 2009, antes de estos momentos duros que estamos viviendo, y he de decir que mi experiencia fue muy satisfactoria. Nuestro profesional sabia perfectamente en el agua que se movía, supo crear un ambiente distendido, nos ayudo a canalizar sentimientos, puso el dedo en la llaga en según que cuestiones y a medida que supo conocernos a cada uno de los que allí estuvimos según nuestras respuestas, supo dar esas mismas respuestas a nuestras flaquezas, nuestros miedos, nuestras dudas y supo darnos herramientas de gestión personal, un horizonte, y sobre todo, fue un bálsamo en un momento en el que las perspectivas no eran nada halagüeñas.

En ese momento, lo confieso, este profesional me llamo muchísimo la atención, hasta el punto de plantearme el redirigir mis competencias profesionales a este sector incipiente de lo mucho que me gusto la experiencia.

Hablo del año 2009, aproximadamente. Hoy día hay muchos de estos profesionales que se han dirigido al sector musical, buscando un cliente al que poder dirigir sus experiencias y enseñanzas para conseguir que tú, músico, seas el pastel más apetitoso dentro del escaparate que conforma el sector del rock, dentro del sector musical. Ahí es nada.

Analicemos algunos aspectos por los cuales, como buen conocedor del sector, creo que un «coacher» no tiene futuro claro dentro de nuestra escena .

Lo primero, evidentemente hay que conocer muy bien el sector, y el producto. Nuestro sector esta aquejado de graves males, llámese Youtube, llámese Spotify, ahora no cuenta con la respuestaa del directo, ademas de que esta muy sobre dimensionado, lo que hacen que la oferta exceda con mucho, la demanda. No ayuda que nuestro escaparate de nuestra pastelería musical, este netamente sobre saturado de pasteles, al cual más parecido el uno del otro, sin aportar grandes matices uno sobre otro.

La industria del rock tuvo un comienzo muy prometedor, allá en los 60-70 pero hoy día el desarrollo musical del producto apenas a cambiado: bien, esto no debería ser óbice de ningún problema. Vans fabrica deportivos desde hace décadas, con mayor o menor especialización, con mayor o menor diferencia, pero es un especialista de su sector y sabe, y conoce al cliente, y sabe qué ofrecerle para llegar a el.

Un músico no vende un producto en sí, por lo menos no se puede considerar así en primera instancia. Un músico hace canciones, busca una comunión entre oyente y su canción, básicamente su alma, una alianza que necesita de un receptor proclive a algo tan abstracto como es la música. Este cumulo de sensaciones se recogen en lo que llamamos disco, algo que cualquier músico te dirá que es algo creado desde lo mas hondo de su alma para su público. Aquí ya entramos en el problema: el trabajo en sí ya es un producto, fabricado por una, dos o 5 personas, independientes de la mirada de músicos existente y distintas entre si a lo que seria una corporación como es Vans, ademas con el handicap de que ningún músico considera su trabajo como producto, si no como algo más que eso, a pesar de que en su fuero interior, sí sepa que si no se vende, no hay más producto.

Vans, una corporación que todos conocemos de forma mundial ha sabido crear un sello propio, al igual que el rock. Vende zapatillas, sobre todo, y su gestión esta enfocada sobre todo en saber hacer dude su producto algo distintivo, personal y que hace que quien lo lleve se sienta especial, único, en esos zapatos. Nosotros también somos un sello de marca, rebeldes, autónomos, distintos, con un fuerte espíritu crítico y con el pendón de la ética ondeando firme, con unos valores propios, con un sello personal… pero esos valores, hoy día no están en boga solo de nuestro movimiento, si no que en el masificado mundo musical, hay estilos tan rebeldes como el nuestro, tan inconformistas como el nuestro, y tienen a su favor el aire de las nuevas juventudes, el apoyo de la industria, y no sufren la atomización que si tenemos nosotros.

Ademas, el rock no evoluciona, no ofrece nada nuevo o distinto desde hace décadas. Para mí esta bien, no quiero que cambie, me gusta como es, pero como empresario, si lo que ofrezco no cambia, no ofrece nada nuevo…¿qué vendo? Más de lo mismo, y eso se va acusando con los años.

No nos engañemos, ningún coacher salido a día de hoy ha conseguido que ningún grupo y ninguna canción de rock este en los primeros puestos de ventas, (aunque pueda ayudar a monetizar en parte algo de tu trabajo con técnicas de venta) y eso solo habla del fracaso de estos proyectos de mentoría musical, y, también habla del agotamiento vital de nuestro genero como estilo musical.

No entrare en lo único que de momento funcionaba, el directo. El Covid de momento nos lo ha arrebatado, y con ello nuestra mejor fuente de ingresos. La única que une fiesta con la virulencia que transmite nuestro genero, nuestra música que solo se aprecia con sudor. Espero que los «streamings» a los que se están lanzando los músicos funcionen, incluso les deseo suerte a los que se han lanzado a crear plataformas de pago por visión para que los músicos tengan un escaparate en directo, pero esta claro que es solo un sucedáneo mientras esto termine por resolverse.

No es algo esto del agotamiento que pase solo en nuestro genero, por ejemplo al Jazz le pasa igual. Demasiada consanguinidad nos esta matando, ya que no ofrecemos nada nuevo realmente. Pero ademas, es que el hecho es que no queremos que eso cambie. A diferencia del flamenco que ha sabido venderse fuera de nuestras fronteras como algo único y autóctono, y con no pocos artistas firmando fusiones de todo tipo, el rock es claramente endogámico en ese aspecto, y concretamente, el rock español no es autóctono, por lo que tiene que luchar con inferioridad a lo que hay afuera de nuestras fronteras, también por una educación musical inexistente en las escuelas.

El rock esta en contra de casi todo lo que he dicho antes en el plano comercial. Nunca hemos creído en las listas de ventas, vapuleamos a los grupos comerciales, tenemos muy interiorizado el mantra de que somos un genero urbano, a contra corriente, de pequeños nichos, y nuestro son esta en contra de todas las industrias que se atrevan a manipular nuestro movimiento, nuestra identidad, a pesar de saber que hace años que no estamos de «moda», algo que también aborrecemos. Esto para los estándares capitalistas es como ya dijo nuestro gurú particular Max Cavalera en su proyecto Nailbomb, «Proud To Commit Comercial Suicide» (Orgulloso de cometer un suicidio comercial) así de claro lo tenia Max.

Si no hay venta, si no hay el reconocimiento de que fuera de los sentimientos, debes ofrecer algo distintivo que logre afianzarte como un referente, al igual que lo es una marca como Vans, que ha sabido crear una legión de jóvenes adeptos a su sello, estas abocado a la extinción. Con ese espíritu, y con esa falta de visión comercial de un genero como es el rock, ningún mentor, o coacher, será capaz jamas de arrancar una sola victoria, (salvo algunas pírricas), en las listas comerciales de ventas, esas listas que aborrecemos, y de las que estamos desaparecidos desde hace años, pero que son las que hacen que un genero perviva con salud, o perviva con achaques como es el caso del nuestro.

Nuestra endogamia, y nuestra forma de ser, nos lleva a ser un genero musical que pervivirá, a buen seguro, pero con unos achaques perennes, constreñido en su propia visión musical, y con la convicción de que salvo modas de última hora, no somos el estilo elegido por las nuevas generaciones. Si no vendemos nuestro producto de una forma atractiva, no seremos más que historia, pero si nos volvemos super ventas traicionaremos nuestro espíritu. Una dicotomía irresoluble que ningún mentor puede cambiar, como comprobamos a día de hoy después de muchos años de desarrollo en nuestra escena.

¿Que nos queda como genero pues?

Josean Zombie.

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