Con un titulo un tanto melifluo, y con una portada que no me dice gran cosa, con un cisne basado en los Packard de los años 50 que llevaban en el morro de estos vehículos, me llega el disco de estos suecos con un nombre internacional y cercano a nosotros Casablanca con su segundo disco «Riding a black swan» (podría traducirse como montando a un cisne negro)…te sorprende. Por su sonido desenfadado de buen hard rock, por su falta de pretensiones, por hacer un disco que bebe de los grandes clasicos del hard rock, tomando buena cuenta de pasadas lecciones, y consiguiendo un disco que rezuma frescura, compromiso y actitud.
Huyen de artificios en este disco, no hay filigranas y la estructura es lineal en cuanto a la arquitectura de los temas, no buscan innnovaciones, ni te presentan propuestas arriesgadas, tampoco lo necesitan pues su perfil sigue los parametros del rock escandinavo que a reclamado para si los sonidos Angelinos de los años ochenta,
quizás con mas caracter, y sonido menos sucio, las armonias encajan y se te quedan grabadas en cada estrofa y en cada riff, y no dudan de tirar de los momentos sonnoros que suenan a clásico de los clásicos, un buen ejemplo lo tenemos en el estribillo de «Some Misty Morning» que te recordara a unos maiden Piece of mind, aun cuando te cambien de tercio y saquen de la manga temazos como «Barriers» que enarbola la bandera de unos Def leppard mas duros, o sonidos de puro GLAM como «Hearth break city». El trabajo de guitarra es en todo el disco sobresaliente, con un sonido limpio, pero altamente electrico, huye de estridencias para paladear pasajes que te mueven en torno a su sonido, un buen ejemplo puede ser la preciosa «Just for the nite» que se te pega sin remedio, sin necesidad de tiarar de distorsion, muy bien acompañada por la voz arenosa del vocalista. También el sonido que acompaña hace un buen ágape de armonías pegadizas, que no opacan la parte que entroniza el sonido de Casablanca, y eso que presentan una formación variopinta de músicos
La producción esta muy bien lograda, el sonido es homogeneo en todo el ámbito del álbum, limpio pero muy hard rockero, que aunque no ahonda en los sonidos sucios, sleazy, es muy eléctrico, muy luminoso si se me permite la comparación.
Es quizás ese disco que nunca estará entre los grandes discos del metal, o de tu colección de discos, pero al que siempre le echaras mano cuando quieras una apuesta segura que te alegre el día y el momento.
NO! te pierdas las fechas que estos chicos traen por aquí.
8/10
Josean Zombie.
